jueves, 4 de marzo de 2010

LOS PARASITOS EN OVINOS

El control de los parásitos gastrointestinales ovinos es una de la limitaciones más importantes a la producción ovina?
La amplia distribución de los parásitos en diferentes regiones y los efectos que producen en los animales son aspectos de gran importancia que repercuten en la población ovina. Las enfermedades parasitarias son frecuentes en los sistemas extensivos basados en el pastoreo en ganado vacuno, ovejas, cabras y rumiantes silvestres, las infecciones mixtas son frecuentes: con diferentes especies de nemátodos (poliparasitismo, multiparasitismo), además, son afecciones con amplia distribución geográfica debido principalmente a las características propias de los parásitos para adaptarse a diferentes regiones climatológicas y a diferentes tipos de explotación; afectan la ingestión de alimento y una gran variedad de procesos fisiológicos, que pueden manifestarse de muchas maneras. Las condiciones ambientales (humedad y temperatura), así como la presencia de huéspedes intermediarios, son los condicionantes que determinan la distribución y abundancia de las especies presentes en cada zona.

Los parásitos gastrointestinales afectan la producción ovina, ocasionando pérdidas económicas de magnitud, al disminuir significativamente la producción de lana y carne. El encare de este problema es complejo, demandando gran atención por parte de productores y técnicos, donde además de las pérdidas productivas se generan graves consecuencias de resistencia y residuos. No existe una receta común, pues se deben considerar ciertos aspectos como son: categorías de animales, dotaciones, estado fisiológico, nivel nutritivo, condiciones climáticas, manejo, etc (Bonino y col., 1990). El ovino elimina en sus materias fecales, huevos de parásitos que van al campo (contaminación), donde sufren una serie de transformaciones hasta llegar a larva o infestante, la cual es ingerida por el lanar (traslación), quién se infesta, desarrollando los parásitos adultos que ponen huevos, completando así el ciclo (Bonino y col., 1990). El control químico a base de drogas antihelmínticas es la medida más difundida, existiendo dos grandes grupos 1) amplio espectro y 2) espectro reducido. A lo largo de los años se han desarrollado antihelmínticos de una eficacia excepcional pero a partir de su uso se ha desarrollado resistencia. Cada vez es mayor el número de nemátodos resistentes. Los parásitos resistentes han desarrollado mecanismos de defensa que anulan el efecto de las drogas. Es importante utilizar bien las drogas existentes, en el marco de una serie de medidas de control parasitario. Uno de los aspectos que se olvida es que cuando aplicamos un antiparasitario a una majada combatimos los nemátodes que lo parasitan en ese momento pero hay infinidad de huevos y larvas que se encuentran dispersas en la pasturas y sobre las que no actúa el producto antihelmínticos. El uso incorrecto y continuo de las drogas antihelmínticas ha generado a nivel mundial, graves problemas de resistencia de los parásitos a las mismas. Cuando se administra una droga, a dosis y en forma correcta, a animales enfermos clínicos o subclínicos y no actúa convenientemente, estamos ante problemas de resistencia antihelmíntica (Nari y col., 2000). El éxito de un tratamiento antiparasitario así como la sustentabilidad de un control eficiente, se apoya en el diagnóstico, el tratamiento específico y normas de manejo, que deben además adaptarse a cada establecimiento. Los principales rebaños ovinos de América del Sur son criados en forma extensiva, casi exclusivamente en pasturas naturales y en regiones climáticamente favorables al desarrollo del parasitismo gastrointestinal. Técnicos y productores deben utilizar laboratorios especializados para identificar las drogas todavía eficaces en la propiedad. Estos tests (Lombritest, Reducción de OPG, etc) son útiles para identificar la/s droga/s todavía eficaces. Realizar recomendaciones en este tema se hace muy difícil, una alternativa que puede utilizarse para reducir el número de medicaciones antihelmínticas, es el uso de rastrojos agrícolas (áreas disponibles para pastoreo después de la cosecha de un cultivo agrícola). Esas áreas están prácticamente exentas de larvas infectantes y por lo tanto son ideales para el pastoreo, principalmente por animales jóvenes y sensibles al parasitismo.

Zona semiárida= Haemonchus contortus
Es sabido que los nematodos, principalmente el Haemonchus contortus (lombriz del cuajo) afectan la tasa ovulatoria y la fecundidad ovina (Fernández Abella et al., 2006). Relevamientos epidemiológicos demostraron que el Haemonchus (“lombriz de cuajo”) está presente todo el año, pero es mayor su prevalencia en verano y primavera, ocasionando muertes aún en animales en muy buen estado, mientras que el Trichostrongylus (“pelito rojo”) es más prevalente en invierno y otoño, siendo el causante de diarreas negras y significativas pérdidas de producción de lana y carne. Estos dos parásitos son los que presentan mayor grado de resistencia a las drogas de amplio espectro, en especial Trichostrongylus. Para el control de las parasitosis parece claro contar con el diagnóstico, el conocimiento epidemiológico y la información del sistema productivo que se maneja. El manejo estratégico de potreros y el uso de pasturas seguras, no sólo ayudarán en la toma de decisiones, sino que también reducirán la frecuencia de dosificaciones; minimizarán las pérdidas ocasionados por los nematodes gastrointestinales; el aumento de resistencia antihelmíntica y la presencia de residuos. Cada sistema de producción es único y diferente al del vecino, al igual que cada persona y cada productor es único, por lo tanto toda receta en cualquier aspecto va a ser acertada en algunos factores y carente en otros.

Animales resistentes

En los rumiantes se presenta una gran variabilidad en la susceptibilidad de las enfermedades debidas a ectoparásitos, helmintos y protozoarios (Stear y Murray, 1994). La variación genética puede ocurrir entre razas y dentro de razas. Así, algunos animales son más resistentes que otros a dichas enfermedades. El término resistencia a nematodos ha sido definido como la habilidad de un hospedador para iniciar y mantener una respuesta que evite o reduzca el establecimiento de los parásitos o bien, elimine la carga parasitaria (Albers y Gray, 1987). Los animales resistentes no son completamente refractarios a la enfermedad, solo albergan menos parásitos que los animales susceptibles y por lo tanto eliminan menos huevos en las heces. Se ha demostrado que algunas razas de ovinos son más resistentes que otras a los nematodos gastroentéricos. Algunas de las razas en las que se ha demostrado esta resistencia son: Blackbelly (Yazwinski y col., 1980), Florida (Torres y col., 1994), St. Croix, Katahdin (Parker y col., 1993), Red maasai (Mugambi y col., 1996), Nali (Singh y col., 1997), Polaca de lana larga (Bouix y col., 1998), Nativa de Louisiana (Miller y col., 1998), Florida y sus cruzas (Amarante y col., 1999) y Castellana (Gómez y col., 1999).

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